lunes, 3 de junio de 2013

Redacción

El Robo fallido

Había una vez un niño llamado Thomas que vivía en Manchester.

Un buen día, estaba sentado en el sofá con su hermano Abraham viendo la tele, cuando un anuncio llamó su atención.

El anuncio trataba de un nuevo modelo de coche... ¡Un coche volador! ¡El primero de la historia! 

Tanto él como su hermano mayor pensaron lo mismo. Subieron a su habitación y se pusieron a buscar información sobre este nuevo invento.

Encontraron una página web en la que ponía que lo venderían en la tienda de coches de enfrente de su colegio.

Con todos sus ahorros en el bolsillo, fue junto a su hermano Abraham a aquella tienda, pero les dijeron que no podrían comprar ese coche, ya que no eran mayores de edad.

Los dos volvieron a pensar en lo mismo, pareció telepatía...
¡Tenía que robarlo! Thomas no estaba seguro de querer robarlo, pero ver de nuevo el anuncio le convenció.

Se acercaron a hurtadillas por la noche, y entraron en la tienda. Saltaron las alarmas de seguridad y se pusieron muy nerviosos.

Antes de que viniera alguien, rápidamente, entraron en el coche y lo pusieron en funcionamiento y consiguieron meter ele nuevo invento del futuro en su amplio patio.

Pero por la noche, en su patio, algo acechaba para hacerse con el coche. Eran una panda de ladronzuelos igual que ellos.

Por la mañana todas sus ilusiones se desvanecieron, porque el coche ya no estaba.

Les había salido el tiro por la culata.

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